Cuando llegué a Srilanka desde Egipto nadie podía prever el alcance de la pandemia del coronavirus, mi intención era pasar aquí un mes de camino a las islas Filipinas donde si esperaba estar unos meses.
Me encontré en Srilanka con un paisaje maravilloso, un mar espectacular y una gente amable, muy amable con el extranjero, todos quieren hablar contigo no para vender como pasa en los países del norte de Africa sino que les place hablar y oír hablar en una lengua que no es la suya aunque no la entiendan, riéndose como niños.
La comida es sabrosa, aunque siempre me tengo que acordar de pedir sin nada de picante, aun así picará seguro, se puede comer un menú desde 3 ó 4 euros y ya por 10 una langosta a la brasa.
Adoran a los perros, he visto perros de muchas razas distintas, muy bien cuidados, los llevan a playa, se bañan con ellos y todo el mundo les acaricia y juega con ellos, y aun así mantienen las playas muy limpias, la única asignatura pendiente de Srilanka es que pescan, y comercian con tiburones y es un plato que encuentras en muchos restaurantes del país, espero que cambien eso.
Hoy me encuentro que voy camino a Colombo para ampliar mi visado por tres meses más, e incluso por seis meses, ante la incertidumbre de lo que pueda pasar, ya que los aeropuertos internacionales están cerrados tanto aquí como en Manila, y las compañías aéreas no te dan ninguna información de si anulan el vuelo o no, el cambio de vuelo sale más caro que el vuelo original, y ya los buitres están intentando sacar tajada.
Algunos hoteles de Filipinas me intentan cobrar de la tarjeta la estancia en previsión que no pueda ir aunque tuviera pactado el pago en el lugar, menos mal que lo vi a tiempo.
También el vida a bordo que tenía contratado para Tubattaha que es dentro de dos meses y medio, ha intentado cobrar las tasas de parques naturales y de puertos, que habitualmente se pagan al embarcar, como así ha quedado claro después de algun intercambio de emails.
En fin de momento todo eso me anima más a quedarme en Srilanka aunque sea un poco a la fuerza, aquí no intentan robarte, y es un país muy agradable para pasar una larga temporada, y como no hay mal que por bien no venga podré ir al este a bucear en los grandes pecios de esa zona ya que el monzón cambia en abril y es la temporada de Batticaloa y Trincomalee que antes no tenía planificado ir y de los que os iré hablando en distintas entradas.
Coste de la vida en Srilanka
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